Lo real, sumergido en lo mundano;
buscamos alejarnos de la ciudad desvaneciendo el pasado
y sufragar con los gastos que deja la deshonra de vivir aislado
de la realidad absoluta de sentirse ajeno al enajenamiento.
Lo abstracto, nos acerca a lo real,
nos acerca a los tiempos muertos que dejan los helados
a los sudores frios del miedo al fracaso y a las sonrisas valientes
de los corazones fugados del sistema que oprime las almas.
¿Somos fanáticos o fantásticos de lo extraño?
¿Vivimos entre tanto, desmontando sueños o construyendo ideales?
¡Recorramos el final del carrete sin miedo a que se termine la pelicula!
¡Desfiguremos la conciencia y escapemos de la rutina;
paseando como extraños pero acercandonos a la realidad, a la libertad!