martes, 7 de agosto de 2012

No me gustan las depedidas,por eso temo a la muerte.

Nos sentimos como un beefeater malherido
como una pinta de cerveza rota en Dublin,
como melancolía en la Torre de Pisa
y como los bajos fondos del corazón de Berlin;
somos exploradores de la fauna abrupta
de los humedales urbanos ocultando las dudas,
los miedos,los pesares e intercambiando experiencias
como bien saben los animales: instintos,sentimientos,corazón

Nos sentimos como Portugal sin su gallo,como Paris sin su Eiffel,
nos sentimos despavoridos con el paso del tiempo
sumergidos en recuerdos vacios y en ruina perturbadora
nos sentimos muertos, ya no veremos esas sonrisas de alcohol
esas lagrimas de alegria y esa satisfaccion de lluvia en las mejillas
que mas parecia felicidad que no sofocón y gotear.

No nos gusta las despedidas, por eso le tenemos miedo a la muerte.