Se han perdido las musas, como tantas veces al encuentro
de jóvenes promesas del Soul ,subidas en carruajes de verde rojo.
Se han fugado, se han marchado y nada han dejado,
se lamentan de sesear tantas veces de pena y al caminar
rebrotando en sus venas el veneno de la soledad.
Pareciera como si por vez primera los vieran entrar
a esos caballeros de falsas promesas y de brillante chaqueta
engalando a las musas con tal de desabrocharse la bragueta.
¡Qué galimatias, que encontronazo!
Desaparecieron las musas y de ellas no encuentro rastro...