No me sublevo a tus encantos pues no quiero
y tampoco me dejas quererlo.
Desapareciendo entre el rocío de las calles
me susurra tu mirada, tan distinta y difusa,
que jamás sera tu sonrisa la que cautive la mía
No me sublevo a tu amorío,de rosa roja de dulce olor,
pues guardas espinas de hierro que atacan directo al corazón
Retrocediendo en el tiempo como si ayer mismo fuera
recuerdo la lindeza de aquellos años, de aquellas primaveras,
edulcorando la sangre y descuidando la hoguera,
ardío mi alma confundida entre rastrojos y leña
No me sublevo a tus encantos,pues son mi condena
queriendo quererme en todo y solo matarme de pena
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